Se le ve a cualquier hora subir por la calle Georgia en Víbora Park, incluso, a deshoras. El amarillo intenso extraña en el paisaje del barrio. Si no viviéramos hoy una situación excepcional debido a la COVID-19, cabría preguntarse ¿qué hace un taxi frente a la Dirección Municipal de Gastronomía y Comercio de Arroyo Naranjo? Pero nadie se pregunta. Las personas del barrio y de casi toda Cuba conocen la disponibilidad de la flota de Taxis Cuba al servicio de los sectores priorizados para el desarrollo de la economía hoy, y saben, sobre todo, del aporte de esta empresa al sector de la salud.
Quien pilota el taxi recurrente en el barrio de la calle Georgia es Alberto Manuel Montes Milián, trabajador de la Agencia No. 6 en La Habana, quien desde el mes de abril está a disposición de la entidad rectora del comercio y la gastronomía en Arroyo.
Alberto que antes trasladaba turistas nacionales y foráneos por toda la isla, hoy mueve a directivos y funcionarios que trabajan, entre otros objetivos, por alcanzar la distribución equitativa de productos alimenticios en el municipio. Para estos trabajadores no hay horarios, para Alberto tampoco.
Montes Milián no pierde el carisma para trabajar, conserva intacta la amabilidad con que suele tratar a sus clientes, desde que con apenas 17 años eligió una profesión de servir a los demás: ser taxista.
- ¿En qué consiste su trabajo en tiempos de COVID-19 en Cuba?
Tenemos establecido un contrato de trabajo por 12 horas al día a disposición de esta empresa. No obstante, a veces los tiempos se extienden. Las gestiones, reuniones, informaciones con las que trabajan estos compañeros de comercio, son sumamente importantes en la situación que vive Cuba hoy. ¿Cómo podría negarme yo a colaborar para favorecer un bien común? No, yo estoy aquí, frente al timón, hasta que sea necesario. Y lo hago con muchísimo gusto, no hay placer como sentir que se hace lo correcto, en el momento más oportuno.
- ¿Cómo cumple con las medidas higiénico-sanitarias en su vehículo?
En eso somos sumamente estrictos, no solo yo, sería injusto hablar solo de mí. Las personas que usualmente montan en el taxi, cumplen con las medidas al dedillo: todos con nasobuco y no más de dos personas. Esas son reglas inviolables. Por mi parte, me esterilizo las manos y el timón constantemente. Las informaciones sobre este tema son abundantes en los medios de comunicación y por parte de nuestros directivos.
Estoy absolutamente convencido de que tengo que protegerme. No solo cuido de mí, protejo también de la familia que me espera cada noche en casa.
- ¿Cuál fue la reacción de sus familiares cuando supieron que debía prestar servicios bajo estas circunstancias epidemiológicas?
Mi hijo es médico. Si alguien sabe los retos a los que nos enfrentamos, no solo yo, sino también todos aquellos que desempeñan algún papel en esta batalla contra la COVID-19, es él. No obstante, hoy me alegra cosechar algunos de los valores que sembramos para que fuera un hombre de bien. Nosotros, los dos, estamos en la línea de combate, pero desde diferentes profesiones y roles.
No sin antes alertarme - “leer la cartilla” - como decimos los cubanos, mi familia estuvo de acuerdo con que saliera a trabajar. Yo trabajo por ellos, por mí, por mis amigos, yo trabajo por Cuba, aunque mi labor no sea de las totalmente imprescindibles. Pero, estoy convencido de que si todos, desde nuestros espacios, desde nuestras profesiones, apoyamos, será mucho más fácil seguir haciéndole frente a esta situación. Incluso, quedarse en casa, evitar las salidas innecesarias, es ya un gran aporte.
- ¿Cómo valora el trabajo de los choferes de Taxis Cuba en tiempos de pandemia?
En esta entrevista he intentado ser vocero no solo de lo que hago yo. Hay muchos choferes involucrados en actividades importantísimas para el país. Hay choferes trabajando directamente con muestras y medicamentos, con personas que fueron pacientes de COVID-19, hay muchos choferes de Taxis Cuba hoy que trabajan por convicción, que trabajan por humanismo, por solidaridad, que trabajan por apoyar a Cuba, quizás en uno de los momentos que más lo necesita. No creo que nadie busque protagonismo, realmente no hay tiempo para eso. Yo veo y me comunico con compañeros de Taxis Cuba que están “peleando duro”.
- ¿Le gustaría transmitir algún mensaje a sus compañeros?
Yo solo puedo exhortar a “mi gente” a que no se rinda. Poco a poco vamos venciendo. Me gustaría incluso, no mandarle un mensaje, sino agradecerles. El trabajo que hacemos hoy es por y para el beneficio de todos.
Sería injusto si no menciono a otras personas que también se desvelan y son los guías de esta batalla de la empresa Taxis Cuba, me refiero a los directivos y especialmente a los de mi Agencia, mi agradecimiento a Niurka Pérez Pérez y a todos los que nos lideran hoy.
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Estas son las palabras de Alberto Montes Milián, pero pudieran ser también las respuestas de los tantos trabajadores del sector del transporte que hoy están en la primera línea de trabajo para vencer a la COVID-19 en Cuba.
A pesar de que las estadísticas al cierre de esta entrevista, muestran un país que se va recuperando de una de las peores crisis epidemiológicas de los últimos tiempos, todavía queda mucho por hacer desde la empresa Taxis Cuba. Contar con la calidad humana de trabajadores como Alberto y de otros tantos, es un patrimonio de las entidades cubanas hoy.